sábado, 23 de octubre de 2010

INTRODUCCION Y UN POCO DE SU HISTORIA

Las  alumnas  del cuarto “D”  de  secundaria del  colegio “ Liceo  Trujillo”  tenemos el  agrado de  presentar  este  tema   sobre  los  atractivos  turísticos   como los  son los  caballitos de totora  ya  que este  pertenece  a  nuestra  localidad  y  también  porque sirvieron como  un  medio  de transporte marítimo  para  nuestros  antepasados  lo  cual  todos nosotros ahora  no  debemos de  pasarlo  desapercibido .

En  primer  lugar hablaremos  de  su  historia, de cómo se elaboran, de su historia, en la actualidad, y también hablaremos de la planta totora; ya que con esta planta se fabrica los caballitos de totora.

Esperamos que esta información le sirva de algo, ya que nosotros lo hicimos con la intención de transmitir lo más esencial sobre los caballitos de totora que es uno de nuestros principales atractivos turísticos de nuestra región  LA LIBERTAD.

Con más detalle va a tratarse que en la Costa del MAR desde tiempos muy remotos (medido en millares de años) se surcara el mar en una embarcación para pescar especial y única, el Caballito de Totora. Eso es ya consensual, conocido y aceptado públicamente y tanto que en el Perú actual el Caballito de Totora, por ley, fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación. Se conoce también que para pescar en el Caballito de Totora, embarcación individual casi del tamaño de una tabla de “surf”, los pescadores tenían obligatoriamente que surcar las olas del mar. O sea, tenían necesariamente que cruzar las olas hasta el lugar de pesca (localizados a veces a mas de 10 Km. de la Costa) y después, con el depósito una hendidura en la parte central trasera del Caballito de Totora donde puede cargarse probablemente hasta 50 Kg. De pescado - lleno, surcar las olas de regreso evitando la zozobra de esa minúscula embarcación –para no perder el producto de un día de trabajo – lo que significa extraordinaria habilidad para surcar las olas.
La actividad descrita es muy antigua (y, hecho extraordinario, continúa hasta hoy) que implicaba el acto de “surfar” (aún cuando el “surfista” no lo hacía en posición de parado sino sentado o en cuclillas).


Por eso en los medios “surfisticos” o tablistas del Perú es reconocido que existe una tendencia, de la que participarían los  ex – campeones mundiales peruanos de “surf”, para solicitar a la Asociación Mundial de “Surf” que el Caballito de Totora  sea considerado como el origen de ese deporte.
Pero de lo que hasta hoy el autor de este artículo no ha tenido información es de que en el MAR existió un caballito especial hecho no para pescar sino PARA DIVERTIRSE SURCANDO LAS OLAS DEL MAR o “SURFANDO”. O sea, crearon, como la tabla de “surf”, un objeto LUDICO PARA DIVERTIRSE surcando las olas del  mar.




























DEFINICION  DE  LOS

CABALLITOS DE TOTORA :

¿Qué son los caballitos de totora?  (ver en el anexo Nº 1)
Se trata de una balsas construidas de un junco conocido como totora. En tiempos remotos ésta era una planta que crecía abundantemente en los pequeños valles de  la costa peruana y también en los alrededores del Lago Titicaca.
La técnica de  construcción de los caballitos de totora se ha transmitido de generación en generación hasta nuestros días y “consiste en cortar los tallos de totora y remojarlos en agua para evitar que se quiebren, luego se dejan secar al sol para proceder a juntarlos en dos cuerpos curvados que se atan con sogas del mismo . La zona más ancha es la popa que presenta una cavidad destinada a depositar la pesca o los alimentos y los aparejos del pescador, mientras que la proa es estrecha y curva. El caballito mide entre tres a cuatro metros y pesa estando seca aproximadamente cuarenta kilos”.
El nombre original de estas embarcaciones es tup, palabra que proviene del muchik, lengua hablada por lo mochicas y que se supone desapareció a mediados del siglo XX, aproximadamente. Es debido a la peculiar manera con la que los tripulantes se montan sobre estas pequeñas naves, que los españoles los denominaron caballitos.
Arriba de  estas históricas balsas de junco los habitantes de la costa norte peruana se lanzan al mar durante largas jornadas que pueden durar todo un día y regresan cargados de pescados. Fuera de las horas de trabajo las utilizan para deslizarse sobre las olas.
Un caballito de  totora tiene una vida útil de aproximadamente un mes, y en cada uno de  los poblados de  este litoral aún existen expertos encargados de  mantener intacta una flota que, sin embargo, ha ido menguando con el paso del tiempo.
Dominar estas embarcaciones no es tarea fácil. Se necesita mucha pericia, equilibrio y al mismo tiempo fuerza en los brazos para dirigir el remo: una caña conocida como “guayaquil” cortada a lo largo.
Pero, sin duda, lo más sorprendente es que este instrumento de pesca artesanal se mantenga como una importante actividad económica en los poblados de la costa norte peruana. El intelectual peruano, Aurelio Miró Quesada Sosa, dejó esta visión:
Los "caballitos" van cortando el agua. Avanzan con sus líneas de esquife en un impulso fácil y un ritmo de gracia y de belleza. El mar sigue movido, de  lejos vienen olas fuertes, que se rompen y hacen que el agua salte y luzca con el golpe del Sol. Es hermoso contemplarlos correr sobre las olas y la espuma con la alegría de una fiesta pagana. Al verlos en la cresta de las olas, recuerdo esos otros muchachos de  Hawai, que corren también, sobre sus tablas de  madera. Sobre los " caballitos" acrobáticos con sus pañuelos blancos y sus torsos desnudos, que el brillo del Sol hace de  fuego, parecen los jóvenes jinetes unos dioses del mar.
Desde hace tres mil años no ha variado su diseño. Ya los Mochica lo utilizaban hacia el 200 d. C.,[] y actualmente es usado por bolivianos y peruanos. (ver en el anexo Nº 2 y 3)





LOS CABALLITOS DE

TOTORA EN EL DISTRITO

DE HUANCHACO,

 provincia de Trujillo, departamento de La Libertad.
Los pescadores artesanales dependen casi íntegramente de la TOTORA para el desarrollo de su actividad.
Ello es posible gracias a la fabricación de pequeñas embarcaciones conocidas como "caballitos de totora", diseñadas especialmente para transportar a un pescador y sus aparejos. Los caballitos son construidos con los tallos y hojas de dicha planta acuática, miden entre 4 y 5 m de largo, tienen un diámetro de hasta 1 m, pesan entre 40 y 50 Kg., y soportan una carga útil de 200 kg.
La parte frontal de la embarcación, o proa, presenta una forma aguda y levantada, mientras que el extremo posterior es más ancho y plano. Este modelo emula al que utilizaban los pobladores de la cultura Chimú, mientras que los caballitos Moche tenían ambos extremos bien erguidos.
La fabricación de un caballito toma de 1 a 4 semanas, y su tiempo de duración, dependiendo de la intensidad de su uso, oscila entre 1 y 2 meses. Se sabe que cuando la pesca es fructífera los pescadores construyen hasta 3 embarcaciones al mismo tiempo para usarlas interdiariamente.
Los caballitos de totora son producto de la necesidad de los pescadores artesanales que ven en esa embarcación una herramienta económica y segura, ya que su mantenimiento es poco costoso y su maniobrabilidad es muy grande al permitir esquivar roquedales y deslizarse sobre las olas.
Esta pequeña nave ha sido utilizada desde tiempos ancestrales, y desde entonces tiene una serie de beneficios para el ambiente ya que el cultivo de TOTORA contribuye con el mantenimiento de la napa freática para la agricultura, almacena agua a través de los huachaques, estabiliza el suelo de la línea costera y controla las inundaciones.
Hoy, el caballito de totora se ha convertido en un emblema del Perú, y favorece la actividad turística y gastronómica en el país, sobre todo en las caletas de Huanchaco y Pimentel, gracias a las competencias internacionales que se organizan para correr olas en los caballitos y degustar los sabrosos potajes hechos con frutos del mar.(ver en el anexo Nº 4)


 
 ELABORACION DE LOS

CABALLITOS DE TOTORA

La Balsa, como es llamada por los pescadores del balneario de Huanchaco, es una herramienta de transporte para la pesca en alta mar, que por su sofisticado diseño, se desliza fácilmente entre las olas del mar.

La materia prima de estas balsas es la totora (Scirpus californicus) y época de los Chimú fue cultivada en el entorno de la ciudadela de Chan Chan en lagunas artificiales llamadas wachaques. Desde entonces Huanchaco se convirtió en la más importante caleta de pescadores a caballito de totora que abastecieron de pescado a los poblados aledaños.

La técnica de elaboración se ha transmitido de generación en generación. Consiste en cortar los tallos de totora y remojarlos en agua para evitar que se quiebren, luego se dejan secar al sol para proceder a juntarlos en dos cuerpos curvados que se atan con sogas del mismo junco o modernamente con cordeles sintéticos "piola".

Finalmente, se le da la forma adecuada mediante el recortado. La zona más ancha es la popa que presenta una cavidad destinada a depositar la pesca o los alimentos y los aparejos del pescador, mientras que la proa es estrecha y curva. Complementa a la balsa un remo hecho de caña de Guayaquil partida a lo largo.







CONOCIENDO UN POCO

MÁS SOBRE LA PLANTA DE

TOTORA


BALSAR DE HUANCHACO

El Balsar de Totora de Huanchaco es un Área Regional Protegida ubicada a 1 Km. de la caleta del mismo nombre, a 50 m de la línea costera, a 15 minutos de la ciudad de Trujillo, departamento de La Libertad, al norte del Perú.

Este lugar, que ocupa 46.72 Ha y contiene 160 pozas, presenta un clima semicálido con temperaturas que oscilan entre los 15 y 28 ºC, una humedad relativa de 82% y precipitaciones inferiores a 150 mm por año. El agua de las pozas donde se cultiva la TOTORA proviene del subsuelo y es salobre, debido a las filtraciones de agua marina.

El Balsar pertenece a la Asociación de Pescadores de Huanchaco, conformada por 500 pescadores y sus familias, quienes manejan el área regional en forma comunitaria y bajo criterios ancestrales. Allí cada pescador tiene derecho a 2 o 3 pozas, mientras que las mujeres de la Asociación se encargan de la selección de la TOTORA, el tendido para el secado al sol y el tejido de esteras. Los pescadores más jóvenes ya han empezado a hacerse cargo de sus propias pozas, lo que hace pensar que esta actividad tiene futuro.

El Balsar de Huanchaco, reconocido por la Convención Ramsar como un "Humedal Construido por el Hombre", es un sitio único en la costa peruana, el cual es manejado racional y sostenidamente.

Tiene una productividad de hasta 30 toneladas/Ha al año de TOTORA, requiriendo una mínima mano de obra y una pequeña inversión, por ello puede ser considerado entre los sistemas no fertilizados más productivos del planeta.

Sin embargo, el Balsar es un ecosistema muy frágil que puede ser impactado por cualquier desequilibrio en los valles aledaños, lo que traería como consecuencia el descenso en sus niveles de agua, y la posterior pérdida de los sembríos de TOTORA. Actualmente, el humedal enfrenta un desordenado crecimiento urbano que ha llegado a los límites mismos del Balsar.

Cabe resaltar que los pescadores de la Asociación emplean la TOTORA extraída del Balsar en la fabricación de los famosos "caballitos de totora" que les permite su incursión en la pesca artesanal, que es la principal fuente de alimentación e ingresos para su subsistencia.

Si el Balsar no existiera, los pescadores verían reducidas al mínimo sus expectativas económicas, por ello, en ese lugar se ha prohibido la construcción de viviendas, carreteras y otros elementos que podrían afectar el ecosistema.

Merece destacarse que el Balsar de Totora de Huanchaco fue creado por los pescadores locales sin ningún tipo de injerencia externa, ya que veían con preocupación la drástica reducción de la materia prima que aún mantiene viva su tradición milenaria de pescar con caballitos de totora.

DISTRIBUCIÓN, HÁBITAT Y

ESTATUS DE LA TOTORA

La TOTORA es una planta que crece, tanto de manera silvestre como cultivada, en lagunas, zonas pantanosas, huachaques y balsares de la costa y sierra del Perú, desde el nivel del mar hasta los 4,000 m de altitud.

Los ecosistemas conformados por los totorales se caracterizan por albergar una importante diversidad de vida silvestre, donde se aprecian aves residentes y migratorias, peces de agua dulce, numerosos anfibios como sapos y ranas, y gran cantidad de plantas acuáticas como el jacinto de gua, repollo de agua y el lirio flotante, entre otros.

Aunque no existen datos precisos al respecto, se estima que la TOTORA se encuentra en una situación incierta, debido a la sobreexplotación sin reposición de sus estoques, hecho que viene ocurriendo desde hace siglos en los cada vez más impactados humedales del Perú. Esto también se debe, entre otros factores, al crecimiento urbano desordenado que invade los humedales y al uso indiscriminado del agua y su contaminación.


MORFOLOGÍA DE LA

TOTORA

NOMBRES COMUNES:

                                                             Totora, Junco, Enea.
                                        Tutura (en quechua); Tup (en muchik).

TAMAÑO: La TOTORA es un hierba acuática perenne, de escaso porte y fasciculada, que puede llegar a medir hasta 4 m de altura, de los cuales al menos la mitad está sumergida bajo el agua y la otra parte se halla por encima de la superficie.
TALLO: Posee un tallo erecto, liso, flexible, liviano, rollizo, triangular, similar al césped y sin tuberosidades en la base.
HOJAS: Las hojas de la TOTORA forman una vaina que rodea al tallo en la base. Están distribuidas en dos sectores: las hojas de la parte inferior de la planta presentan vainas foliares carentes de láminas, mientras que las superiores las desarrollan ocasionalmente.
INFLORESCENCIA: La parte alta de la planta presenta una inflorescencia ramificada que por un lado es arqueada, debido al desarrollo de brácteas rígidas, y por otro es erecta en la prolongación del tallo. Las espigüelas son hermafroditas, abundantes, ovoides u oblongas. Presenta una cubierta floral espiralada, decidua, ovada, redonda en la parte posterior, con una nervadura media fuerte y una lateral inconspicua u obsoleta.
FLORES: Las pequeñas flores de la TOTORA son hermafroditas, es decir, reúnen en sí ambos sexos, y la envoltura floral está compuesta por 2 a 6 escamas.





HISTORIA DE LOS

CABALLITOS DE TOTORA




EN LA ACTUALIDAD LOS

CABALLITOS DE TOTORA :

En algunas playas del litoral peruano, como Huanchaco, estas embarcaciones se utilizan también deportivamente para correr olas de forma parecida al surf.
Incrustadas en su arena reposan estas embarcaciones de totora. Por tiempos inmemoriales este fue el símbolo, la demostración, la evidencia palpable del respeto de la población de la costa peruana por los sutiles hilos que tejen el equilibrio ecológico.
Bordeando la playa, a lo lejos una línea verde casi imperceptible. De allí se sigue extrayendo el material utilizado durante milenios para la elaboración de estas rústicas naves. Son los totorales, los humedales, los balsares. En la antigua lengua de la zona se les llama "wachakes", palabra que puede traducirse como "ojo de agua" y que dicen da su nombre a Huanchaco, uno de los últimos reductos del caballitos de totora en el océano Pacífico.
El elemento representativo de esta antigua tradición es el uso del caballito de totora, herencia fundamental de las culturas Mochica y Chimú que se ha mantenido a lo largo del tiempo y que constituye un símbolo representativo de su identidad, con un insondable valor histórico.
Son pocos los lugares donde se sigue realizando esta milenaria actividad pesquera. Puertos como Pimentel, Santa Rosa y San José, en el departamento de Lambayeque, o Huanchaco en el departamento de La Libertad, aún pueden verse cómo a las cinco de la mañana numerosos caballitos de totora se enfrentan al oleaje apoyados con sus largos remos. Valiéndose de un rítmico movimiento éstas balsas se internan en el mar hasta perderse de vista más allá del horizonte marino.
La jornada dura todo el día y alrededor de las cinco de la tarde los pescadores regresan con sus embarcaciones cargadas con una gran variedad de pescados. Los habitantes de estos puertos, además de las gaviotas, pelícanos y otras aves marinas, ya los están esperando en la orilla del mar. Ahora recomendamos que leas los artículos.

Deportes acuáticos

Los numerosos bañistas que acuden a Huanchaco practican deportes acuáticos. Anualmente se realizan campeonatos de este deporte, en los cuales participan surfistas y expertos de caballitos de totora de todo el país.


Navegando los mares en el

Caballito de Totora :

Uno de los símbolos identificarios de la costa norte del Perú es la ancestral embarcación marina conocida como "caballito de totora", y que en lengua muchik se conoció con la denominación tup.

Esta balsa de totora según las evidencias arqueológicas actuales se remonta aproximadamente entre 3 a 5 mil años.

Relatos antiguos refieren que el gran Takaynamo, fundador mítico de la cultura Moche, llegó a tierras norteñas navegando en un caballito de totora. La iconografía y la cultura material dejado por los Moches y Chimús dan cuenta de su uso en faenas pesqueras cotidianas y asociadas a rituales marinos.
La materia prima de estas balsas es la totora (Scirpus californicus) que crece de manera natural a más de 2,000 msnm., y llegan a tener de tres a cuatro metros de alto. En época de los Chimú fue cultivada en el entorno de la ciudadela de Chan Chan en lagunas artificiales llamadas wachaques. Desde entonces Huanchaco se convirtió en la más importante caleta de pescadores a caballito de totora que abastecieron de pescado a los poblados aledaños.

La técnica de elaboración se ha transmitido de generación en generación. Consiste en cortar los tallos de totora y remojarlos en agua para evitar que se quiebren, luego se dejan secar al sol para proceder a juntarlos en dos cuerpos curvados que se atan con sogas del mismo junco o modernamente con cordeles sintéticos "piola".
Finalmente, se le da la forma adecuada mediante el recortado. La zona más ancha es la popa que presenta una cavidad destinada a depositar la pesca o los alimentos y los aparejos del pescador, mientras que la proa es estrecha y curva. El caballito mide entre 3 a 4 metros y pesa estando seca aproximadamente 40 kilos.

Complementa a la balsa un remo hecho por lo general de caña de Guayaquil partida a lo largo.
Los caballitos de totora no suelen durar más de un mes por el tipo de material y el desgaste en el uso, motivo por el cual se renuevan cada cierto tiempo. Los encargados de esa labor son dos hombres expertos quienes se demoran 30 minutos en armar un caballito.

Una escena cotidiana en Huanchaco desde la época pre-inca es la faena de los pescadores sobre sus caballitos en posición de rodillas o con las piernas hacia delante que luego de la jornada de pesca llevan sus balsas sobre el hombro y las colocan en hileras sobre la arena con las proas mirando al cielo. Según la tradición el pescador que no pueda cargar su balsa no debería adentrarse al mar porque no sería capaz de controlarlo.

El caballito de totora ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Nación por ser expresión de la cultura viva del litoral del norte
peruano.